jueves, 9 de septiembre de 2010
Orden, disciplina, militancia.
15:22 | 
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En ocasiones, desde el movimiento revolucionario, puede parecer o dejarse ver, gracias en parte a los mass-media, una falta de disciplina en nuestro entorno. Nada más lejos de la realidad.
Analizando la historia, no podemos olvidar como durante las grandes revoluciones obreras la disciplina y el orden eran un pilar fundamental al respecto. Y, como no podía ser de otra forma, desde una perspectiva revolucionaria, hemos de ser capaces de extrapolar diferentes situaciones positivas y adaptarlas a un contexto determinado, el nuestro.
Obtener un grado de compromiso implacable para con el colectivo, asociación, partido o movimiento al que se pertenezca, no es sino una muestra de coherencia y firmeza, dejando a un lado dudas o inseguridades.
A nivel de colectivo, mantener un orden en nuestras tareas y una disciplina de trabajo que nos permita seguir creciendo sin pedir nada a cambio, es uno de los principales retos.
Planificar cada tarea, cada campaña, cada movilización. Evitar la improvisación, la cual provoca los errores y tener claro cuáles son nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo. Nuestra lucha es revolucionaria y, por tanto, ha de presentar alternativas. Alternativas fieles a nuestras premisas, directas contra los enemigos de la clase trabajadora y analizadas por cada uno de nosotros para mostrar una alternativa real a la maquinaria capitalista, caduca y obsoleta.
En la actualidad, como ejemplo práctico, hemos de trazar una línea a seguir con la que salgamos reforzados de este periodo de recesión económica. Tenemos que presentarnos como una alternativa real, estable y consolidada, a la cual solo le falta crecer y actuar.
Organizar charlas, carteladas, panfletadas y, en definitiva, cualquier tipo de activismo relacionado no es sino la punta de la pirámide en cuanto a actividad se refiere. Previamente ha de existir un análisis contextual, una alternativa a fijar y la búsqueda de un modelo eficaz de difusión.
El saber estar para con el colectivo en cuestión, cumplir las responsabilidades con las que nos comprometemos y fomentar un espacio continuo donde crítica y autocrítica se fundan en uno y confluyan en una ofensiva frontal contra el sistema capitalista.
Simples palabras que a veces se olvidan, las cuales han de ser pilares fundamentales de un movimiento revolucionario fuerte y asentado. Palabras que siendo hiladas entre sí a la perfección conforman la mayor fuente revolucionaria en cada colectivo, en cada individuo.
Palabras que nos preparan para un futuro glorioso: Victoria.
Torremolinos Antifascista
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