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viernes, 12 de marzo de 2010

Hoy como ayer, conquistemos nuestras vidas.


Recordamos 1917, cuando el pueblo ruso se levantó contra el "Zarismo" opresor. Recordamos 1936, cuando el pueblo español combatió fielmente contra el fascismo en cada una de nuestras calles. Recordamos 1959, el derrocamiento de Batista y la revolución cubana. Recordamos la larga marcha en 1935. Recordamos cada uno de los levantamientos donde el pueblo obrero ha decidido su futuro.
Recordamos tantas fechas y observamos tantos paralelismos que solo nos queda un camino. Observamos el aumento del paro. Observamos las progresiva fascistización social, el endurecimiento de la represión, las torturas, los secuestros de estado. Observamos la manipulación mediática, la censura, la criminalización de los movimientos sociales. Observamos como este sistema de mierda entra en profundas contradicciones y somos nosotros, los trabajadores y estudiantes los que nos vemos abocados a lo mas bajo.
Vemos, al igual que cuando analizamos fechas históricas del movimiento revolucionario internacional, como unos pocos se reparten la tarta, juegan a las marionetas y establecen una red absorvente que controla ideas, críticas, hechos y actos.
Paralelismos que marcan nuestras vidas y que, innegablemente nos hacen asentarnos con pies de plomo sobre nuestras posturas.
Analizar de manera científica el pasado, comprobar el presente de forma objetiva. Descubrir que cada golpe que el capitalismo asesta no es fortuito. Observar como todo está dentro de un engranaje orquestado a la perfección en un mundo de borregos. Comprobar como poco a poco nos roban nuestras vidas bajo consumo y mas consumo. Averiguar que, pese a nuestra supuesta inoperancia, somos los que damos de comer a los grandes empresarios, a los políticos, a los monarcas.
Y, cuando nos damos cuenta de todo esto. Cuando comprendemos que somos el motor de un sistema económico esclavizador, nos damos cuenta que la pelota está en nuestro tejado y que somos nosotros, los trabajadores y estudiantes, los que tenemos la última palabra. Y esta es clara: ¡REVOLUCIÓN!