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lunes, 29 de marzo de 2010

Crisis, Represión, Fascismo.


Día a día observamos como en los medios de comunicación de masas nos hablan de crisis económica. Una crisis económica que se está cebando, como siempre, con los más desprotegidos, los trabajadores y trabajadoras.

Desde que el concepto del sistema capitalista se fue afianzando progresivamente desde el inicio de la ascensión del movimiento burgués, comprobamos que dentro de su propia idiosincrasia se encuentran duras etapas de recesión económica.

La llamada “rueda del capitalismo” demuestra que, cuanto más grandes sean las ganancias en tiempos prósperos, a posteriori, más grande será la caída. Pero claro ambos conceptos (ganancia-caída), son matizables.

La prosperidad de un país no se mide de una forma que no sea el aumento de las clases altas y dirigentes de manifestar esas riquezas, ya sea mediante subvenciones millonarias a multinacionales y a grandes empresarios o mediante guerras ficticias en las cuales no importa el desembolso económico que se lleve a cabo. Mientras que, la caída en picado de la economía de un país no se ve reflejado en la destitución de los mandatarios o en la bajada del nivel de vida de las altas esferas, si no que se ve reflejada en las clases populares y trabajadoras.

Ante estas situaciones, las masas populares se ven sin trabajo (porque no son rentables), sin comida, sin casa, en definitiva, sin ganancias. Y cuando esto ocurre, el pueblo se echa a la calle (Por desgracia el individuo protesta solamente cuando le van a él, como individual, las cosas mal).

La gente, al echarse a las calles, observa como las cosas en este sistema de colores, flores y preciosidades no eran como las pintaban. Padres de familia que protestan por el cierre ilegal de la fábrica donde trabajaban se encuentran en frente a una “horda” vestida de azul que se interpone en el camino de los débiles. Esos débiles que, al ver que durante tanto tiempo les han estado engañando y que observan como sus vidas han sido simples montajes orquestados por las clases dirigentes, estallan. Toman conciencia. Analizan que este sistema y sus guardianes, solo benefician a unos pocos. Se dan cuenta que han sido utilizados, pisoteados y en ese preciso instante están siendo brutalmente agredidos por los que creían que les protegerían. Represión.

El sistema capitalista intentará por todos los medios salvarse ante sus propias contradicciones, bien sea actuando de manera inteligente y “auto-camuflándose” con pinceladas de otros sistemas económicos (Véase durante la crisis económica del 29 la política intervencionista de Roosevelt) o bien sea agudizando la represión al verse realmente en peligro debido al descontento social.

Tomando como ejemplo al Estado Español, vemos como los movimientos revolucionarios están siendo brutalmente atacados por parte del aparato represor. En Málaga, 18 antifascistas fueron detenidos bajo un montaje y están siendo acusados de asociación ilícita. En Asturies, otro grupo de antifascistas fue detenido bajo montajes similares. En Madrid se intenta ilegalizar la Coordinadora Antifascista. Y como estos otros muchos ejemplos.

Paralelamente a esto, históricamente, el fascismo ha ido en aumento en estos periodos de crisis. En Alemania, el nazismo se desarrollo debido a la crisis que se produjo en el país tras la primera guerra mundial. El propio estado Alemán se apoyaba en grupos neonazis para acallar las huelgas de los diferentes núcleos comunistas o anarquistas. En nuestros días hemos visto numerosos ejemplos de las conexiones entre el aparato represor y los fascistas. Numerosos neonazis se encuentran en cuerpos policiales o militares. Sus manifestaciones son autorizadas frente a la ilegalización sistemática de las de la izquierda revolucionaria. A esto hay que sumar un importante factor propio del Estado Español, durante la “transición” o encubrimiento del franquismo en una monarquía parlamentaria, no se produjo ningún tipo de depuración en los diferentes estamentos. Por poner algún ejemplo internacional, en Grecia, durante las revueltas tras el asesinato de la policía a un anarquista, se capturaron fotos donde grupos neonazis ayudaban a la policía a reprimir las protestas.

La conexión entre Capitalismo-Represión-Fascismo es una realidad, por ello, los revolucionarios tenemos que tener la capacidad de analizar todo este entramado para golpearles donde más les duele.

Frente al capitalismo: Unión, Acción y Formación.
Torremolinos Antifascista