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miércoles, 8 de julio de 2009

Formación Política: Kurdistan.


HISTORIA DEL KURDISTÁN
La nación kurda ha existido desde hace treinta siglos en Kurdistán. Los kurdos, cuya lengua es de origen indoeuropeo, se remontan a los medas que derrotaron a los asirios en el año 612 a.C., para fundar un imperio que a su vez fue vencido por los persas en el año 550 a.C. Desde entonces, el pueblo kurdo ha vivido bajo la dominación extranjera o bajo la opresión del feudalismo. Saladín, quien luchó contra los cruzados, era kurdo. En la Edad Media, los kurdos vivieron en relativa libertad bajo el reinado de sus soberanos y príncipes. Con el surgimiento del Imperio Otomano y la creciente rivalidad con el Imperio Persa, el Kurdistán se convirtió en una zona estratégicamente importante. Aunque los otomanos incorporaron al principado kurdo en 1639, los feudos kurdos fueron virtualmente autónomos durante el Imperio Otomano hasta comienzos del siglo XIX. Sin embargo, la interferencia otomana en los asuntos de los principados kurdos, causaron tales resentimientos que provocaron levantamientos que estallaron durante ese periodo. Dichas rebeliones, que se llevaron a cabo para liberar al Kurdistán del yugo otomano en 1806, 1831, 1842, 1855 y 1880, fueron derrotadas porque el tribalismo que prevaleció durante esa época impidió que se creara una conciencia nacional en el pueblo kurdo.


En 1908, los Unionistas Turcos o Jóvenes Turcos tomaron el poder comprometiéndose a dar igualdad de derechos a las minorías kurda, albana, armenia y griega bajo el Imperio Otomano. Promesas que fueron incumplidas con el cierre de las escuelas y asociaciones que no fueran turcas. Los "Jóvenes Turcos" representaban una nueva clase social dominante cuya "revolución" se concretó en Mustafá Kemal. El Pan-turquismo o Pan-turianismo, ideología racista y chovinista de la nueva clase dominante, pretendía unir a los turcos sobre la base de someter a toda Asia Central. En 1914, los unionistas decidieron exterminar a todas las nacionalidades no turcas para materializar su sueño Pan-Turiano. De hecho, durante la Primera Guerra Mundial, más de un millón de armenios y miles de griegos fueron asesinados con ese fin. Una de las razones principales de las masacres contra armenios y griegos era el interés de la clase dominante turca de apropiarse del control del comercio en manos de los mercaderes cristianos que actuaban como comerciantes en nombre del capitalismo occidental.


En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, el pueblo kurdo tuvo su mejor oportunidad para instaurar su propio Estado Nacional. El ejército otomano estaba desintegrado y los unionistas estaban en desbandada. Tres cuartos del territorio turco estaba ocupado por las fuerzas inglesas, francesas y griegas. Existían diversas organizaciones kurdas, pero las serias diferencias entre tradicionalistas y modernistas, el atraso general y la incompetencia del liderazgo kurdo, los llevó a la derrota. Para entonces, se organizó un levantamiento en la región occidental del Kurdistán que logró liberar un área importante alrededor de Kotchgiri. A pesar de ello, el movimiento se quedó aislado sin extenderse al resto del Kurdistán, siendo vencido por las tropas kemalistas en marzo de 1921.


Al liberar a Turquía de los ejércitos ocupantes en 1922, los kemalistas, liderados por Mustafá Kemal, convirtieron la liquidación de otras nacionalidades en una ciencia. Se declaró una política genocida contra las nacionalidades no turcas con religión cristiana o islámica, que prácticamente fueron exterminadas expulsándolas previamente de las tierras que habitaron durante milenios, para concentrarse contra los Laz, los Circacianos, y por supuesto, los Kurdos. Se impulsó una política de asimilación para destruir sus idiomas, sus culturas, sus tradiciones y sus costumbres. Por ello, afirmamos que destruir la cultura y el idioma de un pueblo, es también un genocidio, tan terrible como el genocidio físico de exterminación. Muestra clara de ello fueron las consignas chovinistas que enarbolaban afirmando: "Un turco equivale al mundo". "Cuán feliz es quien se dice turco". Estas consignas dejaron ver que quienes no fueran turcos, no tenían lugar en Turquía. Esta política fue particularmente bien articulada por el Primer Ministro Ismet Inonu, quien exclamaba: "Solamente los turcos en esta nación pueden elegir derechos étnicos y nacionales. Nadie más tiene ningún otro derecho". Aunque el Ministro de Justicia Mahmut Esat Bozkurt no se quedó atrás al arengar en un mitin en 1930 que: "Vivimos en un país llamado Turquía, la nación más libre del mundo. Como su representante, siento que puedo expresar mis convicciones reales sin reserva. Los turcos deber ser los únicos dueños y señores en este país. Aquellos que no son de origen turco puro, tienen sólo un derecho en Turquía: el de ser sirvientes y esclavos". Lo anterior explica la razón por la cual Hitler y Mussolini admiraban a Kemal. Kemal, quien prometió a los kurdos igualdad de derechos durante la Guerra de Independencia Turca, en el momento que requería el apoyo de los kurdos contra los ejércitos ocupantes se olvidó de sus promesas respondiendo con la prohibición del uso del idioma kurdo de la utilización de la palabra Kurdistán en 1925. Estos hechos provocaron el estallido de una insurrección que fue derrotada en dos meses, y los dirigentes fueron ahorcados en Diyarbakir. Cientos de poblados kurdos fueron arrasados, miles de hombres, mujeres y niños indefensos fueron masacrados y cientos de miles de kurdos fueron expulsados al occidente de Turquía donde miles murieron congelados en el camino a las montañas Taurus. Hasta 1938 con la derrota de la rebelión de Dersim -una zona montañosa del noroeste del Kurdistán- hubo insurrecciones en todo el Kurdistán. Éstas fracasaron debido a la falta de un liderazgo y a la influencia del tribalismo, que los kemalistas explotaron hábilmente, dividiendo a los kurdos y enfrentándolos entre sí.


Tras la derrota de la resistencia kurda, los seguidores de Kemal ocuparon y colonizaron el Kurdistán. Esta colonización continúa en la actualidad a pesar del fin del sistema colonial en otras partes del mundo. La colonización y opresión de que han sido objeto los kurdos, refuta la tesis kemalista que afirma que su movimiento dirigió la primera lucha de liberación nacional anticolonialista que abría camino para las naciones oprimidas. Más aún, de acuerdo a la ideología kemalista oficial, en Turquía los kurdos no existen.


Después de la última derrota de la resistencia del pueblo kurdo, el colonialismo turco inauguró un sistema de asimilación basado en la educación militarizada. Se construyeron escuelas en las áreas más remotas del Kurdistán, donde los niños kurdos fueron educados, o mejor dicho, adoctrinados en las ideas kemalistas, haciéndoles olvidar su origen kurdo y diciéndoles que como turcos se sentirían orgullosos de pertenecer a una raza superior. Los niños continúan siendo educados para negar sus raíces kurdas. De ahí que en los años 70 el pueblo kurdo, especialmente en las ciudades, encuentran más fácil comunicarse en turco, ya que hablar kurdo está estrictamente prohibido en las escuelas y en las oficinas públicas. Hablar kurdo implica por lo menos recibir insultos de los oficiales militares. Por ello, el PKK libra una lucha basada en los valores de su pueblo y la defensa de su idioma. Su objetivo es contribuir a construir un estado nacional moderno que acabe con los remanentes del sistema feudal que ha sobrevivido desde la Edad Media. Éste es el estado secular contemporáneo que pretende perpetuar un sistema anacrónico y conservar las redes de un orden religioso oscurantista, que ha mantenido al pueblo kurdo en la ignorancia durante siglos.


SÍNTESIS HISTÓRICA

El Kurdistán está situado en la estratégica parte septentrional de Medio Oriente cuyas alturas se extienden hasta los ríos Tigris y Eufrates. Los kurdos son los descendientes del pueblo indoeuropeo que habitó la región desde hace cuatro siglos: los Medas. El idioma kurdo está dividido en tres principales dialectos que tienen gran similitud con el farsi y las lenguas indoeuropeas: el kurmanji, el sorani y el zaza. El Kurdistán ha sido ocupado desde el s. VII a.C. por los imperios persa, macedonio, romano, armenio y bizantino. En el s. VII d.C. bajo el impacto de las invasiones árabes, la mayoría de la población kurda se convirtió al Islam sunita. En el s. XI los turcos Seljug, originarios de Asia Central, conquistaron la mayor parte de lo que hoy es la región este de Turquía incluyendo la zona del Kurdistán. Predominantemente nómada, el pueblo kurdo mantuvo cierta independencia bajo el liderazgo de sus propios señores feudales hasta el s. XVI, cuando el territorio se repartió entre los imperios Otomano (turco) y Savafavid (persa). Aunque los sultanes otomanos obligaron a pagar impuestos a la población kurda y reclutaron a su juventud al servicio militar, no interfirieron en su cultura y sus tradiciones islámicas. Durante este periodo, algunos líderes tribales kurdos mantuvieron vivas sus aspiraciones tratando de obtener su independencia política. Después de la derrota de los turcos en la Primera Guerra Mundial, los aliados occidentales se adueñaron del Imperio Otomano. El Tratado de Sevres de 1920, estableció el reconocimiento de un Estado Kurdo Independiente que debía asentarse en la región norte de Kurdistán (Turquía). Sin embargo, la autodeterminación del pueblo kurdo fue ignorada por el Tratado de Lausana de 1923 que da origen a la creación de la República Turca. Gran Bretaña y Francia efectuaron la partición de Kurdistán entre sus protectorados iraquí y sirio y la recién instaurada Turquía. La parte oriental del Kurdistán se mantuvo como parte de la Persia pro-occidental. Desde la perspectiva occidental, Turquía y Persia fueron vistos como estados-tapón contra la Rusia bolchevique, mientras que económicamente, Gran Bretaña tenía acceso a los campos petroleros del sur de Kurdistán. En Turquía desde la instauración de la república fundada por Mustafá Kemal "Ataturk" hasta hoy, a los kurdos les está prohibido ejercer cualquier derecho que exprese su propia identidad cultural.


LOS PARTIDOS POLÍTICOS
La imposición de las reglas de poder han cerrado y silenciado la acción de los partidos políticos que se oponen a la solución militar del conflicto kurdo, que se ha cobrado ya más de 30.000 vidas en las dos últimas décadas. En particular contra los partidos que con el apoyo de la mayoría de la población kurda, han dirigido su lucha democrática dentro del marco de la legalidad. Estos partidos caminan en un campo minado compuesto por la Corte de Seguridad del Estado, surgida del Golpe Militar de 1980, los "Cuerpos Especiales", las "Guardias Rurales" y por el propio parlamento actual, que no sólo han impedido cumplir su cometido sino que pretenden hacerlos desaparecer. Como resultado de este primitivismo político, el Partido de la Labor del Pueblo (HEP), que enarbolaba una solución pacífica y que representaba las legítimas reivindicaciones del pueblo kurdo, fue clausurado. Inmediatamente después, se fundó el Partido de la Democracia (DEP), que continuó siendo objeto de las mismas arbitrariedades. El dirigente nacional, así como los diputados y miembros de la dirección del partido, fueron objeto de ataques armados en los que resultaron muertos algunos de ellos. La sede nacional del partido así como sus oficinas estatales y de distrito, fueron bombardeadas. La destrucción total de la infraestructura del partido impidió continuar con su participación en los debates que se llevaron a cabo en el parlamento. El DEP finalmente fue clausurado y expulsados del parlamento sus 13 representantes. Con el desmantelamiento del DEP, se crea el Partido de la Democracia del Pueblo (HADEP), teniendo que enfrentarse a múltiples obstáculos legales y materiales. Finalmente, el HADEP logró superar todos los impedimentos al obtener el 50 % de la votación total de la población en la zona este del país, colocándose como la primera fuerza electoral en la región. El sorprendente éxito del HADEP, que incrementó la votación obtenida con anterioridad por el DEP, convulsionó al gobierno turco. Durante el congreso del HADEP realizado el 23 de junio de 1996, al que asistieron miles de personas, se llevó a cabo un acto de provocación. La reunión estaba presidida por una bandera de la República Turca que fue arriada hasta el suelo por un grupo de desconocidos enmascarados. Este hecho fue presenciado por el Delegado Gubernamental, el Comisionado Estatal y por decenas de guardias de seguridad. A pesar de los esfuerzos desplegados por los organizadores del congreso para volver a izar la bandera a la altura en que estaba colocada, esto no fue posible. Este acto fue hecho con la clara intención de utilizarlo contra el partido. La realidad es que frente a la opinión pública está claro que los mismos procedimientos utilizados contra el DEP son ahora usados contra el HADEP. Anteriormente el DEP fue acusado de ser una organización "criminal" y sus miembros llevados a la Corte de Seguridad del Estado. Ahora toca el turno al HADEP. El presidente y sus militantes, también son acusados de "traidores a la nación" por plantear públicamente ante el parlamento la necesidad de encontrar una solución política a la Cuestión Kurda. Son acusados de "separatistas" y "terroristas". Como consecuencia de esta campaña, el caso que originalmente debía ser ventilado en un tribunal, una vez más, como en el pasado, pasó a la Corte de Seguridad del Estado. Los argumentos por irrisorios, dan cuenta de la forma en que el gobierno aborda el tema del reconocimiento de una realidad de 20 millones de habitantes, que reivindican su derecho a existir y de ejercer su legítimo derecho a expresar su identidad cultural. En Turquía existen 154 leyes que prohiben cualquier manifestación de la identidad cultural kurda, que van desde la prohibición de la palabra "Kurdistán", la edición de cualquier material escrito, auditivo o visual en el idioma kurdo o que se refiera a los kurdos. Existe una lista de "nombres turcos autorizados" en los registros civiles para impedir que los niños lleven nombres kurdos, los nombres originales de la geografía, pueblos y ciudades del Kurdistán han cambiado por nombres turcos. De lo que se trata es de borrar las raíces históricas de un pueblo que tiene tras de sí 40 siglos de existencia. Como resultado de los procedimientos para ilegalizar a los partidos políticos, la Corte de Seguridad del Estado ha sentenciado a LEYLA ZANA, ORGHAN DOGAN, SELIM SADDAK y HATIP DICLE, parlamentarios y dirigentes del DEP, a 15 años de prisión por denunciar las atrocidades perpretadas contra la población civil, llevar ante el parlamento la discusión sobre la solución pacífica del conflicto, dirigirse al parlamente en su propio idioma planteando la fraternidad turco-kurda y, en el caso de Leyla Zana, vestir los colores nacionales kurdos: rojo, verde y amarillo. Todos ellos fueron acusados de atentar contra "la integridad nacional turca".


LA CUESTIÓN KURDA Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
La flagrante violación de los derechos humanos contra la población kurda denunciada por múltiples organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos entre las que se encuentran Amnistía Internacional y los informes presentados ante la Comisión de Derechos Humanos y la Subcomisión sobre la prevención de la Discriminación y Protección de las Minorías de la ONU, diversas instancias internacionales como la Organización de Seguridad y Cooperación Europea, el Parlamente Europeo, el Consejo de Europa y la Internacional Socialista, han exhortado al gobierno de Turquía a: · Liberar de inmediato a todos los prisioneros de conciencia.

· Levantar las restricciones de libertad de expresión tanto a los ciudadanos turcos como a los kurdos para ejercer sus derechos políticos y culturales.

· Permitir el acceso de la Cruz Roja Internacional y otras organizaciones humanitarias al sudeste de Turquía, para dar apoyo a las víctimas de la guerra.

· Liberar de inmediato a los miembros del parlamento turco presos, acusados de "Alta Traición" por el delito de ser kurdos y defender los derechos de la población kurda ante el parlamento.

· Levantar el Estado de Emergencia que prevalece en la región del Kurdistán, en reconocimiento a la voluntad expresada por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que declaró un Cese al Fuego Unilateral, para entablar un diálogo que permita llevar a cabo negociaciones para encontrar una solución política al conflicto. Llevar a cavo reformas legales que incluyan la abolición del artículo 8 de la "Ley Antiterrorista" de 1991, que establece que "todas las formas de propaganda escrita u oral, incluyendo reuniones, manifestaciones o marchas que atenten contra la "integridad territorial o nacional" de la República Turca, quedan proscritas. Cualquier violación a este artículo, implicará una sentencia de 2 a 5 años de prisión y una multa de 50 a 100 millones de liras turcas". (Ley Antiterrorista Nr. 3713, Art. 8).

La Asamblea de la Unión Europea en su sesión del 24 de mayo de 1995, establece en torno a la Cuestión Kurda que: "Si no se resuelve adecuadamente la otorgación de los derechos culturales de los kurdos mediante alguna forma de autonomía política y administrativa que no afecte a la integridad territorial de Turquía, el conflicto continuará amenazando la seguridad turca, y limita las posibilidades de contar con un balance en las políticas de seguridad y defensa que le permitan integrarse en las estructuras intergubernamentales y supranacionales de la Unión Europea".


EL MOVIMIENTO KURDO EN SU CONJUNTO NO PRETENDE SEPARAR A TURQUÍA DE EUROPA, ASPIRA A ENCONTRAR UNA SOLUCIÓN POLÍTICA AL CONFLICTO, QUE PERMITA A LOS 15 MILLONES DE HABITANTES KURDOS, EJERCER SU LEGÍTIMO DERECHO A PRESERVAR SU IDENTIDAD CULTURAL DENTRO DE LOS LÍMITES DE LAS FRONTERAS TURCAS RECONOCIDAS Y DENTRO DE LOS MARCOS DE LEGALIDAD INTERNACIONAL. EL RECONOCIMIENTO DE SUS DERECHOS INALIENABLES PERMITIRÁ, ADEMÁS, CONTRIBUIR AL PROCESO DE DEMOCRATIZACIÓN DEL PAÍS Y A GARANTIZAR LA ESTABILIDAD Y LA SEGURIDAD INTERNACIONALES EN LA REGIÓN.